La roca misteriosa
En aquel pueblo a
nadie le gustaba trabajar. Daban las doce del día y la mayor parte de las
personas estaban acostadas. Todo estaba sucio y desordenado en sus casas que,
por fuera, parecían abandonadas. Aunque contaban con lo necesario para poner
pequeñas granjas, eso era lo que menos querían. Entre todos ellos sólo había un
hombre trabajador que había reunido una considerable fortuna. Le desesperaba la
situación y se cansaba de pedir a los demás que hicieran algo para vivir mejor.
— ¿Para qué? Si así
estamos bien —respondían a coro y luego gritaban: —Tenemos sueño. Tenemos
sueño. Tenemos sueño.
De repente iban
cayendo al piso y quedaban profundamente dormidos. El hombre trabajador pensó
en un plan para hacerlos reaccionar. Al pueblo sólo se llegaba por un camino.
Pensó en obstruirlo y ver qué pasaba.
Con la ayuda de dos
amigos colocó una enorme piedra en medio del camino. “Como ahora les resultará
difícil pasar por aquí, con seguridad se empeñarán en moverla y así harán algo
de ejercicio” pensó. Pero no fue así.
Cuando los flojos
habitantes del pueblo vieron la piedra preferían tratar de brincarla o de plano
mejor no salir del pueblo. ¿Para qué queremos salir, si se duerme bien en todas
partes? —decían.
Pasó tanto tiempo que
hasta crecieron plantas sobre la piedra que cada vez se acomodaba mejor en el
terreno. Una tarde Totsi, un viajero que deseaba visitar a un familiar que
tenía en aquel pueblo, recorrió el mismo camino.
Al ver la piedra pensó
que era un peligroso obstáculo y que sin duda alguien podría tropezarse con
ella. “¿Qué haré? Parece muy pesada. Bueno, voy a intentar moverla” se dijo.
Dejó su morral en el
piso y comenzó a empujar. La piedra se mantenía firme en su lugar. Lo intentó
una y otra vez durante todo el día, sin éxito. Por la noche comenzó a llover y
se refugió en una cueva cercana. Al día siguiente, con la salida del sol,
reanudó su tarea.
El agua de la lluvia
había aflojado la tierra así que poco a poco logró mover la piedra y apartarla
a un lado del camino. Para su sorpresa encontró que abajo de ella, enterrado en
un agujero, había un cofrecillo lleno de zafiros.
Lo sacó y lo miró con
mucha atención preguntándose quién lo había puesto allí. —Fui yo —dijo el
hombre trabajador que andaba casualmente por allí. — ¿Y para qué? —preguntó
Totsi. —Para enseñar a los habitantes de este pueblo que quien se empeña
consigue una recompensa.
Veo que no
aprovecharon la lección, pero al menos tú me has demostrado que en este sitio
sigue habiendo personas diligentes. Ve y disfruta tu bien merecida recompensa.
“Adaptación de un
cuento ghanés (De la República de Ghana
o relativo a este país africano)”.
ACTIVIDAD
Una vez leída la historia :
1. Contesta las siguientes preguntas: ¿Qué te ha parecido la historia? ¿Por qué no salían del pueblo? ¿Qué prueba les puso el hombre trabajador?...
2. Escribe un final alternativo. Tienes dos opciones. Elige una de ellas.
A -Que el beneficio de la recompensa sea para todo el pueblo.
B- Qué pasaría si no se descubre el tesoro escondido bajo la piedra.